R. Alabemos al Señor por su victoria.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria:
caballos y jinetes arrojó en el mar.
Mi fortaleza y mi canto es el Señor,
Él es mi salvación;
Él es mi Dios, y yo lo alabaré,
es el Dios de mis padres, y yo le cantaré. R.